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La verdad sobre la sal y el sulfato en el shampoo: Lo hemos entendido todo mal

En el mundo de la información en internet, a menudo caemos en la trampa de creer todo lo que vemos sin cuestionarlo. Este es especialmente el caso cuando se trata de los ingredientes en nuestros productos de cuidado capilar. En este artículo, desmitificaremos la fama negativa de la sal y el sulfato en los champús y explicaremos qué es lo que realmente debemos tener en cuenta.


Los sulfatos: ¿son tan malos como dicen?

Para comprender el papel de los sulfatos en los champús, debemos entender que son detergentes utilizados para eliminar la grasa del cabello. Al igual que los licores, existen diferentes tipos de sulfatos, algunos más fuertes que otros. La clave está en saber qué tipo de sulfato se utiliza en tu champú y cómo afectará a tu cabello a largo plazo. Es importante recordar que ningún champú tiene por qué dañar tu cabello si lo lavas de manera adecuada.

Entre los sulfatos más comunes utilizados en champús se encuentran los siguientes:

– Sodio Laureth Sulfate (SLES)

– Sodium Lauryl Sulfate (SLS)

– Ammonium Lauryl Sulfate (ALS)

Estos sulfatos son populares debido a su capacidad para generar espuma, lo cual nos brinda una sensación de limpieza. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunos champús también contienen otros ingredientes, como siliconas o acondicionadores, que contrarrestan la posible resequedad causada por estos sulfatos más fuertes. Por lo tanto, algunos champús pueden dejar el cabello seco, mientras que otros lo limpiarán sin resecarlo tanto.

Es relevante mencionar que la cantidad de sulfatos utilizados en los champús es considerablemente menor a la que se encuentra en detergentes para lavar platos o pisos, por lo que si utilizas un champú con sulfato fuerte, solo será dañino si lo aplicas directamente en las puntas, si tienes un cuero cabelludo sensible o muy reseco, cabello frágil o que ha sido sometido a tratamientos químicos agresivos.


La sal en los champús: ventajas y desventajas

Otro ingrediente que a menudo se critica en los champús es la sal. La sal se utiliza para añadir consistencia al producto y puede dar la sensación de que el champú se extiende más y rinde más. Sin embargo, la sal puede ser irritante para cueros cabelludos sensibles y puede deshidratar el cabello si este ya está en mal estado. Además, la sal puede desvanecer el color y reducir la efectividad de tratamientos como alisados o queratinas.

Si tu cabello no presenta problemas especiales, como sensibilidad en el cuero cabelludo o tratamientos químicos recientes, un champú con sal podría ser una opción más económica sin necesidad de invertir en uno más costoso. Por otro lado, si deseas cuidar tu cabello a largo plazo y mantenerlo hermoso, brillante y saludable, es recomendable optar por champús sin sulfatos o con sulfatos suaves, especialmente si tienes tratamientos de color, alisados o queratinas.

Es importante leer cuidadosamente la lista de ingredientes en los champús. Si la sal aparece entre los primeros ingredientes, es posible que esté presente en una cantidad mayor y pueda resecar el cabello. Por otro lado, si la sal aparece hacia el final de la lista, es probable que la cantidad sea menor y no cause tanto daño.


Resumiendo, la verdad sobre la sal y el sulfato en los champús es que no son necesariamente malos, pero su efecto en el cabello depende de cómo se utilicen y de las necesidades individuales de cada persona. Es importante leer las etiquetas, conocer los ingredientes y elegir champús que se adapten a nuestro tipo de cabello y a nuestros objetivos de cuidado capilar a largo plazo.

Sobre la autora de este post

Greta Saló

Greta Saló, con años de experiencia en peluquería para damas y caballeros, aporta a Evolución Barber una visión fresca y experta en tendencias y técnicas de estilismo.


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